Cría pollitos y te sacarán de apuros (+ fotos y video)

Por Misara Cruz Ruiz

Un criador de pollos de Manatí

"La crianza esta es un poco como un hobby, para toda la familia, porque es una cosa de que… es algo entretenido y lo estás haciendo tú, con tus propias manos…", así comentó Leonardo Ruz Rodríguez sobre su afición por la crianza de gallinas al recibirnos en el patio de su casa.

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Pollitos recién nacidos. Foto tomada de Internet.

Pudiera parecer algo común, ordinario para gente de campo. Sin embargo, cuando uno conoce cómo este manatiense y su familia, han logrado tener más de una veintena de aves, solo a base de ingenio y sacrifico, no hay espacio para la duda: con personas como ellas, todavía se puede hacer más.
Tal vez alguien se pregunte en qué radica el mérito. Muy sencillo. Leonardo, con sus conocimientos de electrónica (es radioaficionado) y algunos materiales, hizo él mismo una incubadora casera. El aparato, quizá rudimentario, dispone de todos los requerimientos técnicos para hacer que, entre 18 y 21 días, nazcan pollitos.


Los protagonistas de esta historia son apenas dos de los más de 900 manatienses que se dedican en sus casas al programa avícola, una alternativa que se fomenta en las zonas urbanas y suburbanas del país para estimular la producción de huevos y aves con fines alimentarios.
Gracias a un conocimiento mínimo acerca del ciclo de formación, desarrollo embrionario y las condiciones dentro de la incubadora, estos avicultores a la criolla saben bien qué es lo que desean. Así, con sus propias manos, Leonardo y Yamilka junto a sus hijos Jairo y Maday, garantizan para el hogar dos alimentos de alto valor proteico: huevos y carne

Un poco de historia

La incubación artificial de huevos de gallina es una práctica muy antigua: 

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La incubadora Smith consistía en un cuarto grande con ventiladores que forzaban el aire caliente en todas las partes de la cámara de incubación. Se dice que fue la precursora de las incubadoras modernas, hoy muy eficientes, que se usan para incubar huevos de gallina, pavos, codornices, patos y otros.
Al comienzo, los principios de la incubación artificial se mantuvieron guardados. Una suerte de gremio se encargaba de pasar de generación en generación el "secreto", sobre todo el cómo lograr una temperatura adecuada dentro de aquellos primitivos aparatos.

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Incubadora moderna. Foto tomada de Internet.

¿Cómo lo hacían? La temperatura óptima se determinaba al mirar a través del huevo incubado. Solo un ojo hábil y entrenado podía decidir si había que aumentar el calor o disminuirlo. Pero el asunto no quedaba ahí. Al igual que hacían las gallinas, se necesitaba mover los huevos de vez en vez y conservarlos frescos.
El volteo de los huevos se hacía hasta cinco veces en un periodo de 24 horas después del cuarto día de incubación. De igual manera, se añadían más posturas para usar el calor del desarrollo embrionario de los huevos más viejos y se regulaba del flujo de aire fresco en el área de nacimientos.
La humedad no representaba un problema. Las incubadoras primitivas se ubicaban en zonas húmedas y la fuente de calor, que en ocasiones era material encendido, proporcionaba agua alrededor de los huevos. Estos mismos principios rigen hoy.

Actualidad

Actualmente la incubación artificial y la cría de aves con fines alimentarios, son actividades industriales. Sin embargo, muchas familias manatienses, como la de Leonardo y Yamilka, optan por buscar alternativas más hogareñas, más cercanas al disfrute que da obtener lo que se lleva a la mesa.
La implementación de programas en zonas urbanas para fines como los relatados aquí, brinda oportunidades para estimular el autoabastecimiento de la casa con productos sanos, el empleo del tiempo libre para todos los miembros de la familia y la vinculación con la tierra.
Cuando usted ve una jaula de esas, llena de pollitos,… de tres, de cuatro libras… usted se pone muy contento"
¿Quién lo duda, sobre todo en estos tiempos de estrecheces? Así nos despidieron Leonardo y Yamilka con una sonrisa y nos ofrecieron una humeante tasa de café cubano. Al voltear la cabeza, solo atinamos a decir: "Leo, cría pollitos y te sacarán de apuros".

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