En medio de la oscuridad que trajo consigo la tiranía instaurada en Cuba con el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, las ideas novedosas de Fidel Castro Ruz encontraron un momento significativo el 26 de Julio de 1953, fecha en que tiene lugar el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Independientemente del fracaso militar, la acción se consideró exitosa toda vez que —por lo menos— salía a la palestra pública el líder indiscutible de la vanguardia político-revolucionaria y del pueblo cubano. Relacionado con aquel hecho, el 16 de octubre sirvió de escenario al juicio de quien devino mejor discípulo del Héroe Nacional de Cuba, José Martí.
En
ese trascendental juicio —pasó a la Historia con el nombre de La
historia me absolverá, alegato de autodefensa convertido en el programa
político del nuevo movimiento revolucionario de Cuba—, Fidel formuló un
concepto de pueblo que, al tiempo que discrimina «a los sectores
acomodados y conservadores de la nación» respecto a «la gran masa
irredenta», mostraba el ajuste a un quehacer que tuviera por eje la
lucha desde y para los sectores populares.
La periodista Mirtha García Borges nos propone un acercamiento a la efemérides desde las raíces históricas de nuestra nación.
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